El pasado jueves nos embarcamos en un viaje culinario que fusionó lo mejor de la gastronomía argentina y mexicana en Puerto Madero San Ángel. A través de una cena maridaje exploramos los sabores de Argentina y el Valle de Guadalupe, deleitándonos con platos exquisitos y vinos cuidadosamente seleccionados.
El Viaje Comienza:
Nuestra aventura culinaria comenzó con la frescura de la Ensalada Fragata, una explosión de verdes, tomates cherry y Salmón ahumado de Noruega, maridada con Chardonnay Hileras del Sol de Mendoza. La acidez cítrica del vino y sus notas tropicales armonizaban a la perfección con los sabores de la ensalada, transportándonos a los soleados campos de Mendoza.
Explorando el Valle de Guadalupe:
De Mendoza, viajamos al Valle de Guadalupe para disfrutar de la Tártara de Atún, que despertaba los sentidos. El Rosado Grenache, con su cuerpo ligero y aromas frutales, completaba la experiencia, realzando la suavidad del atún y creando una sinfonía de sabores.
El Viaje Continúa:
Continuamos nuestro recorrido con la Hamburguesa Baby, un verdadero torbellino de sabores que alcanzaba nuevas alturas con el Primer Crío, una exquisita mezcla de Syrah, Tempranillo y Grenache. La jugosidad de la carne se fundía con la suavidad de los taninos y las notas especiadas del vino, dando lugar a una experiencia culinaria que perduraría en nuestra memoria.
Y como la guinda del pastel, las famosas papas Soufflé que acompañaban la hamburguesa añadían un toque intrigante a la velada. Su sabor único y su elaboración meticulosa despertaban la curiosidad de todos los comensales, provocando una lluvia de preguntas sobre su origen, técnica y, por supuesto, su exquisito sabor.
Un Clásico Argentino con un Toque Especial:
El punto culminante de nuestra odisea gastronómica fue el Bife Angosto (New York) acompañado del Tercer Crío, un Zinfandel de carácter audaz gracias a sus 24 meses en barrica y su origen de viñedos de casi 80 años de antigüedad. La textura tierna del bife se veía elevada por la complejidad del vino, creando un matrimonio perfecto de sabores intensos y aromas seductores.
Un Final Dulce y Espumoso:
Para cerrar con broche de oro, disfrutamos de un cremoso Cheesecake acompañado del Deseado Espumoso de la Patagonia Argentina. Las burbujas finas y la acidez refrescante del vino armonizaban con la dulzura del postre, dejando un final elegante y memorable.
Más que una Cena:
La cena maridaje en San Ángel fue más que una experiencia gastronómica, fue un viaje de descubrimiento y deleite que nos dejó con recuerdos imborrables. Un viaje que invita a repetirse una y otra vez para seguir explorando los sabores del mundo.
Nuestra experiencia culinaria enPuerto Madero nos llevó a un viaje inolvidable a través de los sabores de Argentina y México, maridados magistralmente con una selección excepcional de vinos. Pero este es solo el comienzo de un viaje aún más emocionante.
¿Te gustaría seguir explorando los mundos del vino y la gastronomía con nosotros? ¡No te pierdas nuestras próximas cenas maridaje y descubre nuevos horizontes de sabores y aromas! Únete a nosotros en nuestras futuras aventuras culinarias y sumérgete en experiencias sensoriales que deleitarán tu paladar y enriquecerán tu alma. ¡Te esperamos con los brazos abiertos para compartir juntos momentos inolvidables!
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Cena Maridaje en Fiesole
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