¡Hola, amantes de la buena mesa y buenos vinos! El pasado jueves 25 de enero vivimos una experiencia gastronómica de esas que se quedan grabadas en la memoria y en el corazón. ¿El escenario? El encantador restaurante Fiesole en San Ángel, donde nos esperaba una cena maridaje de otro nivel.
Imagínense esto: estábamos diez amigos listos para embarcarnos en un viaje de sabores y aromas que nos dejó boquiabiertos. El menú estaba tan bien pensado que cada plato parecía una obra maestra culinaria. Y para acompañar, ¡los vinos Mapiabelle hicieron su entrada triunfal!
La noche comenzó con un Carpaccio de Atún que simplemente se deshacía en la boca, y el Viognier que lo acompañaba era como la banda sonora perfecta para este delicioso bocado. Fresco, afrutado, ¡una verdadera delicia!
Pero eso no fue nada comparado con la explosión de sabor que vino después. La Pizza Mastunicola, con su mezcla de queso provolone, albahaca y orégano, era como un pedacito de Italia en cada rebanada. Y el Rosado Grenache que la acompañaba era como el mejor amigo que nunca supiste que necesitabas, realzando cada sabor y haciéndonos sentir como si estuviéramos en un paseo por la costa mediterránea.
Y hablando de viajes, el Tercer Tiempo con la Pizza Sorrentino nos llevó aún más lejos. Con mozzarella tipo búfala, pomodoro fresco, albahaca y anchoas, esta pizza era una explosión de sabores en cada bocado. Y con la mezcla de tintos que la acompañaba, la experiencia fue simplemente inolvidable.
Pero la noche no podía terminar sin el plato estrella: Ossobuco alla Milanese. ¡Imaginen la ternura del ossobuco combinada con la cremosidad del risotto de azafrán! Y el Cabernet Sauvignon que lo acompañaba era como la guinda del pastel, añadiendo ese toque de sofisticación que solo un buen vino puede ofrecer.
Y para cerrar con broche de oro, un Strudel de Manzana al horno de leña con un toque de Limoncello nos recordó que siempre hay espacio para el postre. Diez amigos, 5 platos y vinos para recordar, y una noche que quedará grabada en nuestros corazones para siempre. ¡Salud y buen provecho!
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